martes, febrero 2

Lo que no se sabe


La chica de la mirada limpia
quiso regalar un trozo de su amor
al chico de la mirada triste.

Ella no sabía que, en realidad,
pretendía regalarle un recuerdo de felicidad.

Ella no sabía que, en realidad,
la mirada y el recuerdo se inventan a cada instante,
que el vacío no siempre se puede llenar con presente,
que sus manos no podían tocar lo que está enterrado.

Ella no sabía que su sencillo deseo
era un juego de efectos ópticos,
en el que las reglas nunca se escribieron.


Él no sabía que, en realidad,
no quería dejar de sentirse vacío.


..

1 comentario:

  1. Impresionantes la imagen y el texto... gracias por regalarme momentos tan especiales.
    Un beso gigante, bella!!!!
    Muackaaaa

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