domingo, febrero 21

Lo que es


Escuchar mi cuerpo es, a veces,
no hacer lo que tengo ganas.

Saber lo que quiero
es no dejarme distraer por lo que deseo.

Dejarme guiar por mi yo es desvelar la esencia
(esa pureza sobrecogedora)
de mi felicidad.

Seguir mi camino
es descubrir mi sentimiento (mi necesidad) más profundo,
y potenciarlo.

Estar en paz
es no dejarme llevar por espirales mentales que me confunden.

Crecer
es no quedarme esperando
en callejones sin salida.

Cuidarme
es saber qué es lo mejor para mí,
y hacerlo.


.

viernes, febrero 19

Buena suerte


La lluvia calla
y habla el olor a tierra.
Sonrisa de luz.


.

viernes, febrero 12

Soy lo que soy


Juego a lo que juego.
Me gusta lo que me gusta.
Hago lo que hago.
Me interesa lo que me interesa.
Confío en quien confío.
Quiero a quien quiero.
Disfruto con lo que disfruto.
Me excita lo que me excita.
Me da igual lo que me da igual.
Odio lo que odio.
Me da miedo lo que me da miedo.
lo que sé.

Conozco lo que soy.
Comprendo lo que soy.
Respeto lo que soy.
Acepto lo que soy.
Defiendo lo que soy.
Me afirmo en lo que soy.
Quiero ser lo que soy.
Amo lo que soy.

No sueño ser lo que no soy.
No quiero olvidarme de mí,
ni buscar en las almas de otros,
reflejos desfigurados
de lo que es ser yo.

lo que soy.
Soy lo que soy.

Y me gusta.


.

viernes, febrero 5

Sin querer


Al quererme, sin querer,
me das más de lo que quieres.

Me das
abrazos que me desbloquean el alma,
caricias que me curan del mundo,
miradas que me hacen sentir fuerte.

Me veo en tus ojos de gato,
que ríen hasta cuando buscan
(buscan porque, a veces, se pierden)
Me senso en tus manos fuertes,
me siento cambiante dentro de ellas
(me re-formas)
Me deshago a tu alrededor,
dejo de ser ser consciente
(cálida pérdida de control)


Me das la certeza de que puedo.
Me das la energía para el quiero.


(me das*te doy)

martes, febrero 2

Lo que no se sabe


La chica de la mirada limpia
quiso regalar un trozo de su amor
al chico de la mirada triste.

Ella no sabía que, en realidad,
pretendía regalarle un recuerdo de felicidad.

Ella no sabía que, en realidad,
la mirada y el recuerdo se inventan a cada instante,
que el vacío no siempre se puede llenar con presente,
que sus manos no podían tocar lo que está enterrado.

Ella no sabía que su sencillo deseo
era un juego de efectos ópticos,
en el que las reglas nunca se escribieron.


Él no sabía que, en realidad,
no quería dejar de sentirse vacío.


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