La trampa de las palabras

Quería generar un mudo sin su sombra.
Un espacio de intimidad compartida.
Sin miedo.
Desbloquear rabias, gritos,
y también gemidos.
Mostrar mi temblor
para que se calme.
Hablar de mí como yo soy.
Así.

Y ahora,
saber que esta guarida
puede no pasar desapercibida,
saber que sus ojos
(llenos de lágrimas)
pueden ver mi alegría,
ahora

la magia se resquebraja,
el símbolo se rompe.

¿Existe algún lugar seguro?

Cualquiera puede serlo, pequeña,
cualquiera,
porque la seguridad está dentro,
en el subsuelo y sale,
sale del abismo y vuela,

vuela a toda velocidad.

No voy a acallar este alarido.
No voy a pensar en su tristeza,
su pena, su dolor.
No voy a pensar en qué es lo mejor para nadie,
salvo para mí.

Quiero afirmar mi existencia
única.
Quiero pisar con firmeza la tierra y notar
cómo este planeta me devuelve la fuerza.
(exactamente la misma que le doy)
Quiero mirar al infinito que llena.
Quiero oler la primavera y volar
como los pétalos de los cerezos en flor

abajo de casa.

Quiero ser lo que soy.
Feliz.


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