jueves, junio 16

9


Vieja eterna perenne
tendencia:
la procrastinación,
el no-esfuerzo.

Te conozco de tantas veces
en las que intentaste disuadirme
de creer en mí y en mis objetivos,
intentaste desprenderme
del valor de ser yo.
Tantas veces
que me hiciste mirar a otro lado
y olvidar lo que es importante,
olvidarme de mí,
de lo que necesito,
de lo que soy.

Te conozco.

Juntas, arrastrándonos cómodamente
por el interminable fluir de los segundos.
Mirando hacia otro lado.
(hermoso, sí, pero no de frente)

Me acompañas en cada acción
sentada en la base de mis cimientos,
planificando la frustración de cada intento,
proyectando incapacidad, futilidad
disfrazando de fracaso los procesos,
camuflando mis logros y frutos,
desvalorizando mis capacidades,
haciendo de lo fácil
un eterno gotear de resistencia.

Me conozco.



¿Por qué este brutal empeño en convertir
la alegría de construir lo que quiero
en una pesada obligación?



.

No hay comentarios:

Publicar un comentario