El pozo negro

En el interior del pozo negro, cuece la vida,
escuece.
Borbotea la energía, contenida, apretada,
a punto de alcanzar el punto de máxima presión.
Explosión.
Suben por las paredes gusanos hambrientos,
bichos inconscientes salidos de larvas milenarias,
que han hibernado en el corazón de lo desconocido
hasta hoy.
Se arrastran las babosas dejando surcos de olvido,
una fina película de lubricante estéril
que se secará, inútil y apagada para siempre.
Se gesta la historia en el subsuelo del mundo,
en lúgubres huecos húmedos, entre tierra embarrada,
insectos, hongos, bacterias,
minúsculas moléculas que esperan
el toque de salida.

En el interior del pozo negro, cuece la vida.


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